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domingo, 31 de agosto de 2014

LA DEPRESION  EN LOS ADOLESCENTES

Generalidades:
Según la OMS la depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, y se calcula que afecta a unos 350  millones de personas. La depresión es distinta de las variaciones habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida cotidiana.
Tipos y síntomas
Dependiendo del número y de la intensidad de los síntomas, los episodios depresivos pueden clasificarse como leves, moderados o graves.
Una distinción fundamental es la establecida entre la depresión en personas con y sin antecedentes de episodios maníacos. Ambos tipos de depresión pueden ser crónicos, especialmente cuando no se tratan.

La adolescencia es un periodo de la vida que transcurre entre la infancia y la edad adulta. Lo que caracteriza fundamentalmente a este periodo son los profundos cambios físicos, psicológicos, sexuales y sociales que tienen lugar en esos años.

Etapa difícil. Todos esos cambios que viven los adolescentes hacen que en muchos casos sea un periodo difícil tanto para ellos como para sus familias. 

La depresión es un trastorno que puede presentarse en la adolescencia y que dificulta la capacidad del joven para seguir con su rutina diaria y quiebra los cimientos de su relación con familiares y amigos. Por ello, es importante que los padres de chicos adolescentes estén atentos y puedan detectar signos de un posible estado depresivo en sus hijos. Sin embargo, éstos pueden resultar difíciles de diferenciar de los habituales altibajos anímicos, presentes y normales en dicha etapa evolutiva.
5 de cada 100 adolescentes en nuestro país sufren esta enfermedad. Se trata de un problema serio que no por producirse en una persona joven es menos importante.

En la adolescencia la depresión del tono del humor se presenta con aspectos extremadamente variables: a veces con expresiones comportamentales particularmente impactantes (crisis de llanto, desesperación, rabia), otras  veces con actitudes marcadamente inhibidas (cierre relacional, mutismo, retiro de las inversiones emocionales); en otros casos, puede estar “enmascarada” por problemas psicosomáticos o por una serie de conductas  riesgosas (tóxico dependencia, búsqueda del peligro como una forma de desafío divino al destino).
Todas estas formas pueden aparecer y evolucionar a veces de manera engañosa y gradual (por ejemplo, a través de una disminución del rendimiento escolar, o una modificación del comportamiento alimenticio), pero muy frecuentemente aparecen de manera crítica e imprevista y se caracterizan por oscilaciones intensas y rápidas.

¿Cuáles son los signos de alerta?
•      Sentimientos de tristeza, lamentos y llanto frecuente, sin motivo aparente.

•        Escribir, leer o escuchar música sobre temas tristes y melancólicos, sobre la falta de sentido de la vida o con un enfoque pesimista y desesperado.

•        Falta de higiene y descuido en el aspecto físico.

•        Baja energía, aburrimiento y apatía generalizada. Puede mostrar una actitud desanimada y negativa, sin ilusión ni motivación por la realidad que está viviendo.

•        Dejar de realizar actividades físicas, sociales o culturales o limitar las que antes le resultaban agradables o eran de su interés.

•        Aislamiento social, que les lleva a dejar de pasar tiempo con amistades y familia, y que va acompañado generalmente de una percepción de que los demás no le prestan la suficiente atención ni le comprenden.

•        Dificultad para tomar decisiones y afrontar situaciones adversas.

•        Baja autoestima: suelen presentar sentimientos de culpabilidad, junto a una elevada autocrítica y una pobre autoestima. Un adolescente depresivo puede sentirse fracasado, incapacitado y culpable de circunstancias vitales negativas por las que está pasando en ese momento. Presencia de determinados síntomas físicos, como mareos o vómitos, y frecuentes dolores, principalmente de cabeza o barriga.

¿Cómo actuar?
En caso de que los padres de un adolescente sospechen que su hijo pueda estar padeciendo síntomas depresivos, es importante ante todo buscar la ayuda profesional de un psicólogo. Al mismo tiempo es fundamental el apoyo que el joven pueda recibir de familiares y amigos para mejorar su estado. Algunas indicaciones que pueden tener en cuenta los padres y contactos próximos al chico son las siguientes:
•          Fomentar un fuerte vínculo emocional con el joven. Es importante que éste se sienta querido y valorado.
•          Mostrar interés por su vida, sus experiencias, su estado de ánimo, etc. Mantener conversaciones fluidas y frecuentes con el adolescente y ofrecerle ayuda y apoyo en aspectos que puedan estarle preocupando o que no sepa cómo afrontar son acciones importantes para superar la situación.
•          No desatender nunca una amenaza o un intento de suicidio.



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